sábado, 26 de octubre de 2013

LA CUADRILLA DE LOS RATONES


 

 

- La famosa cuadrilla conocida como “la de los ratones” la formó el padre de Rafael Franco con gente más chica, porque se dio cuenta que levantar mucho los pasos era algo que destrozaba a los hombres. Mucho subir y mucho bajar era algo que agotaba.

 

- “… esa cuadrilla tiene un historial. Es la que sacó lo de llevar los pasos sobre los pies, sin mecerlo ni ná… Éramos tos mijitas, que algunas veces salíamos de los pasos en la Puerta de los Palos y nos decían algunos: “Lleváis los papeles de los calentitos a rastras, los zancos, los faldones, tó lleno papeles…”

 

Una de las preocupaciones que más quebraderos de cabeza daba a los antiguos capataces era, sin ir más lejos, la altura media de su cuadrilla. Las levantás y arriás de largo trayecto terminaban por fatigar en exceso a los hombres, como anota el Boli con sus palabras arriba. Rafael Franco Rojas, según palabras de su hijo Carmelo Franco, “continuó la línea de su padre en la selección de costaleros por estatura, y con la idea fija de reducir esta al máximo, para conseguir una mayor perfección en el movimiento de los hombres”.

 

 

 

 

 

Este fue el origen de la célebre cuadrilla “de los ratones”, así apodados por su escasa altura, que sería pronto mitificada por numerosos entusiastas durante las décadas de los 50 y 60, debido a la perfección que alcanzaron en el trabajo sobre los pies en los palios como los de la Virgen de Regla, El Cachorro, la MAcarena, Monte Sión, La Virgen de las Aguas, etc. Costaleros como Francisco Reyes Páez – el Boli-, Santiago Estepa Gómez -el Mejo- Juan Cruz, los hermanos Torralbo, José Sánchez Baquet -Hipólito-, Romerito, Portela, los hermanos Domínguez… pertenecieron a esta cuadrilla paara la cuál incluso hubo que calzar las parihuelas y trabajaderas de algunos pasos unos centímetros.

 

Al Boli se le llena la boca elogiando a su antigua cuadrilla, llegando a hablar de un “estilo propio” en más de un aspecto: “Con estilo propio de andar, con estilo propio de vestir su faja y estilo propio de comportamiento, de todo. Había aficionados buenos y sin ver las caras, ni el capataz, sabían si un paso lo llevaban “los ratones”. Se veía a distancia las levantás que hacían, el movimiento de bambalinas, las mecías eran hacia adelante, con pasitos cortos. A la memoria de su capataz, Rafael Franco Rojas, el Ayuntamiento concedió una calle, inagurada el Domingo de Pasión del año 1991, a los seis años justos de su pérdida. La calle  “Capataz Rafael Franco”, es la antigua vía del Carpio, desde la Campana hasta la calle Tarifa, y que fue solicitada primeramente por su Hermandad de la Vera Cruz, donde con su Virgen de las Tristezas se conocía más si cabe, su cuadrilla de los ratones y que a tantas generaciones ha dejado marcada.

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