"La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia". Aristóteles
martes, 29 de octubre de 2013
EL ORIGEN DE LOS "CHIQUININOS"
Rafael sacando el Palio de San Esteban, no tiene desperdicio la foto, el viejo costalero, los Guardias Civiles, el policía mirando el trabajo de los costaleros y Rafael Franco arengando a su cuadrilla de los ratones en la salida.
La mítica cuadrilla de "los Ratones"
Una
de las preocupaciones que más quebraderos de cabeza daba a los antiguos
capataces era, sin ir más lejos, la altura media de su cuadrilla. Las
levantás y arriás de largo trayecto terminaban por fatigar en exceso a
los hombres. Rafael Franco Rojas (considerado como el mejor capataz de la historia),
continuó la línea de su padre en la selección de costaleros por
estatura, y con la idea fija de reducir esta al máximo para conseguir
una mayor perfección en el movimiento de los hombres.
Este fue el origen de la célebre cuadrilla “de los ratones”,
así apodados por su escasa altura, que sería pronto mitificada por
numerosos entusiastas durante las décadas de los 50 y 60, debido a la
perfección que alcanzaron en el trabajo sobre los pies en los palios
como los de la Virgen de Regla, El Cachorro, la Macarena, Monte Sión, La
Virgen de las Aguas, etc.
La famosa cuadrilla "de palio" conocida como “la de los ratones”
la formó el padre de Rafael Franco (para sacar sus pasos de palio) con
gente mucho más chica porque se dio cuenta que levantar mucho los pasos
era algo que destrozaba a los hombres. Mucho subir y mucho bajar era
algo que agotaba.
Esa cuadrilla inventó lo de llevar los pasos sobre los pies, sin mecida ninguna, andando “na más”.
Célebres
costaleros como “el Boli” pertenecieron a esta cuadrilla para la cuál
incluso hubo que calzar las parihuelas y trabajaderas de algunos pasos..
Esta
antigua cuadrilla fue la primera en crear un “estilo propio” en más de
un aspecto: Crearon un estilo propio de andar, de vestir, de
comportamiento, de todo… Había aficionados que sin ver las caras, ni el
capataz, sabían si un paso lo llevaban “los ratones”. Se veía a
distancia las levantás que hacían, el movimiento de bambalinas, las
mecías hacia adelante, los pasitos cortos...
A la memoria de su
capataz, Rafael Franco Rojas, el Ayuntamiento les concedió una calle. La
calle “Capataz Rafael Franco”, es la antigua vía del Carpio, desde la
Campana hasta la calle Tarifa, y que fue solicitada primeramente por su
Hermandad de la Vera Cruz, donde con su Virgen de las Tristezas se
conocía más si cabe, su cuadrilla de los ratones que a tantas
generaciones han dejado marcadas…
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