domingo, 27 de julio de 2014

Blanco y negro, COLORES DE ANTAÑO, colores de añejo...

Estas son algunas fotografías de los oficios de fuerza, afines al río, cargadores que en la primera mitad de siglo fueron costaleros de esas cuadrillas profesionales, para posteriormente serlo gente de la zona de los mercados de la ciudad y obreros hasta la diversificación de hoy en día.

El pregonero, Enrique Henares, en base a las declaraciones de sus entrevistados para su tesis, afirmó que "si no gusta bregar, esto se viene abajo", considerando así la afición como componente importante, aparte de la contraprestación económica que obtenían los antiguos costaleros profesionales.


En este estado de cosas, comentó una anécdota destacando el caso de Alfonso Borrero, un hombre natural de Paterna que cuando llegó a Sevilla "se presentó con sus pantalones de pana en el muelle y se llega a convertir en una persona influyente (capataz de la Virgen del Rosario de Montesión y del Nazareno del Silencio) contacta con círculos sociales, les arrenda fincas y emplea a sus costaleros como trabajadores en estos círculos sin saber leer ni escribir".


Volviendo a las anécdotas, también fruto de los múltiples significados y motivaciones que puede tener el sentirse costalero o querer serlo, fue el ejemplo del tasador del matadero de la Real Maestranza, el que pesaba los toros, que fue embestido por uno que se saltó el burladero, con el resultado de que se le cae la cartera con una imagen del Cristo de la Santa Cruz. Puesto que sale vivo de ese incidente, jura , promete y cumple sacar a ese Cristo al año siguiente rompiendo estigmas sociales que veían mal la profesión de costalero, se identifica con este mundo y le pide al capataz Rafael Franco cada día sacar un paso, entregando los beneficios de su salario a las hermanas de las niñas huérfanas.



El Doctor, López Montes por otro lado, argumentó que el capataz acudía en el auxilio de sus costaleros para satisfacerles económicamente a la hora de pagar un médico o de buscarle mediante sus contactos en la hermandad un abogado que le abogara de un juicio, mientras que los costaleros correspondían con actos como meterse debajo de la Virgen el Lunes Santo que murió un famoso pediatra que atendía a todos los niños de los hermanos de una hermandad sevillana y acompañar su féretro hasta la puerta del templo.



Así, se van formando las nuevas cuadrillas, como la de las " Tres Necesidades".......


Es entonces, cuando empiezan a adentrarse en el mundo del costal, gente de todos los ámbitos de la vida social, ya no sólo son peones del muelle, comienzan a entrar obreros, artesanos, y gente que hace de su profesionalidad, un rezo acallado y prudente.





"Henares, manifestó que los profesionales del costal eran "mal denominados" así porque en ellos concurrían en muchos casos motivaciones como la devoción, también puso en duda de que ésta sea estrictamente sentida y real en muchos costaleros de hoy en día, comprendiendo que los factores de personalidad, emoción y sentimiento religioso "son muy subjetivos, nunca pueden valorarse, ya que el auténtico costalero lo es por afición, que es lo que choca frontalmente con lo que oficialmente y formalmente se puede y quiere pretenderse hacer por las hermandades".




Henares Ortega, afirmó que la consideración de hermanos costaleros en los folletos oficiales con el número de hermanos de las hermandades raya "el límite de la hipocresía", ya que dentro de las cuadrillas "los hay hermanos y no hermanos, y es una realidad que no se debe ocultar", añadiendo que "si no hay afición, no hay costalero, pero es mejor disimularlo hablando del costalero devoto".


Y finalmente, concluye su intervención con una pequeña reflexión personal, en la que nos muestra la verdadera cara de la moneda: "Hay que huir de examinar los íntimos sentimientos religiosos de cada costalero", concluyó Henares, que añadió que "resulta injusto e impresentable prescindir de los buenos costaleros por la presunta existencia de los hermanos costaleros, con esto se vuelve a los tiempos de la mínima consideración social hacia el costalero, y se llega a dar eso del yo trabajo con o yo voy con (capataz) en vez de yo saco a (imagen titular)", finalizando "ni presunto profesionalismo ni devoción fingida, siempre respeto a esa afición, que es patrimonio del alma, y el alma patrimonio de Dios".

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